Que difícil es ser dios
(Arkadi
y Borís Strugatski -1964)
Esta novela soviética de mediados de los sesenta, es uno de
los mejores alegatos contra la dictadura
que se haya escrito en un país gobernado por esta. El noble Rumata, un carismático
personaje será testigo de los abusos que comete el poder en un planeta habitado
por seres humanos, sumergido en un
tiempo muy similar a la edad media terrestre.
La lectura tiene claramente dos partes bien diferenciadas,
en la primera vemos a Rumata como un observador casi neutral de las fechorías cometidas
por los asesores del rey. En la segunda su participación en la trama es más
clara.
Buen ejemplo de lo que los soviéticos y su aparato de propaganda
pensaban de Dios, de las monarquías; y de su concepción de un mundo ideal, con
las letras, la cultura y el arte como importantes herramientas para lograr la
plenitud del hombre (Otra cosa es saber si fueron consecuentes o no con esa
idea). Comienza densa, pesada y hasta asfixiante, pero con el correr de los capítulos
nos encontramos con una historia fluida, aderezada correctamente con humor
negro y llena de reflexiones, donde cada capítulo se hace mejor que el
anterior.
Valoración:
(7.5/10)