viernes, 25 de diciembre de 2015

Medio Mundo de Joe Abercrobie (2015) – Libro 2 de la trilogía del Mar quebrado.











Acabo de leer la última página de este libro, suspiro y  me siento satisfecho por haber acertado en el presagio. Abercrombie ha retomado su  viejo estilo, nos ha regalado una segunda entrega visiblemente superior a su predecesora. Con más páginas, una historia mucho más trascendente y personajes que llegan a su madurez. 

El autor nos deleita con batallas narradas como solo él sabe, enfrentamientos contra los elementos más inclementes de la naturaleza, intrigas al más puro estilo de la novela fantástica ochentera, y un largo etcétera aderezan y dan una consistencia gigantesca a una obra que no llega a las 450 páginas.

Es raro encontrarse con una trilogía donde la segunda parte sea superior a la anterior, una total rareza, la mayoría de autores, incluso Abercrombie en La primera ley utilizan el segundo libro como puente entre aquel y el tercero, descuidando a veces la calidad del mismo. En este caso el sentido de “puente” se ha respetado, pero la sensación de que la historia va de menos a más es alta. Se merece un aplauso y las gracias de todos los que quedamos con dudas tras leer Medio Rey.

Si alguna vez me preguntaran cual es la principal diferencia entre los escritores de fantasía Estadounidenses y Europeos,  diría sin dudar, bajo mi limitada experiencia, que los Estadounidenses hacen gala de una imaginación portentosa, las situaciones, armas, armaduras, animales, villanos, que imaginan te dejan con la boca abierta. ¿Qué ofrecen frente a esto los Europeos? Pues, sencillamente escriben mejor, la economía de palabras, jerarquización de ideas, uso adecuado de figuras literarias, está del lado europeo. Por su puesto que pueden  haber excepciones en ambos casos.

Abercrombie hace gala del estilo europeo, no inventa nada en cuanto al “Que” ni el “Quien”, por ratos parece que vemos una mezcla de las mejores ideas de GRRM y Robert E. Howard. Pero es al momento de hacer creíbles esas ideas que  la originalidad del autor sale a la luz. Nos creemos todo lo que pasa en esta historia, quizás porque las sencillas descripciones nos remiten a armas  o barcos que hemos visto en museos o libros de historia, es como si nos contaran una historia medieval que en realidad sucedió, solo que con nombres de países inventados. Salvo por alguna que otra situación.

Si la calidad sigue en aumento, podemos prepararnos para un final de trilogía con broche de oro.

Valoración
8/10